Caldo de Gallina Criolla: Una Tradición Nutritiva en la Mesa Ecuatoriana

El caldo de gallina criolla no es solo un plato que disfrutamos en festividades y reuniones familiares; es un pilar de nuestra identidad parroquial, un ejemplo palpable de la riqueza de nuestra tierra y el esfuerzo de nuestra gente. Este platillo es una herencia viva, un legado que hemos sabido conservar y que simboliza la conexión entre la tradición culinaria y la bendición de los recursos naturales de nuestra parroquia.

La preparación de este nutritivo caldo involucra una cuidadosa selección de ingredientes que son el fruto del trabajo de agricultores y emprendedores locales. Las gallinas criollas, criadas en nuestras tierras, los vegetales cosechados en el clima ideal de nuestra región y las hierbas recolectadas de nuestros campos, componen la esencia de este plato que no solo alimenta, sino que también cuenta una historia.

El caldo de gallina criolla es un ejemplo de cómo la cocina puede ser un vehículo para el desarrollo comunitario. Al consumirlo, no solo estamos disfrutando de una comida llena de sabor y tradición, sino que también estamos apoyando a nuestra economía local y a los pequeños productores. Así, cada cucharada es un acto de reconocimiento y gratitud hacia aquellos que, con su esfuerzo, hacen posible llevar a nuestra mesa lo mejor de nuestra tierra.

Este platillo, que puede ser complementado con yuca, mote o plátano verde, es una invitación a valorar lo nuestro, a disfrutar de lo que la tierra nos da y a compartir en comunidad el fruto de nuestra parroquia, manteniendo viva la cultura y las tradiciones que nos unen.